20/03/2011
Érase una vez un consejo que dominaba a todas las naciones, que de unidas y resolutas no tenían nada. Érase una vez que el eufemismo occidental acaparaba todas las pantallas y portadas. Érase una vez que las democracias perdidas actuaban en consenso, sin unanimidad, por el bien de una sociedad que no les importaba.
El pasado jueves día 17, a las 22.00 hora española, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (y permítanme cuestionar la utilidad de la ONU si es el Consejo quien capitanea el barco) adoptaba la resolución 1973 para intervenir en misión humanitaria en Libia, en apoyo a los rebeldes que luchaban en nombre de la democracia contra el coronel legendario Muamar el Gadafi.
Érase una vez que “intervenir” sustituyó a “atacar”. Érase una vez que Occidente no hablaba de invasión ni ocupación para no rememorar viejas guerras. Érase una vez que las superpotencias decidían in extremis, presionadas por la opinión pública, quitarle el cuartelillo a su aliado dictador y atacar en aras de aparentar.
El domingo día 20, a las 17.00 hora española, la coalición aliada había disparado un total de 150 misiles (todos ellos humanitarios, supongo) y el balance era ya de 90 muertos civiles (seguramente los muertos también eran humanitarios, como pertenecientes o relativos al ser humano). España movilizaba a unos 500 militares, cuatro aviones de combate F-18, un avión cisterna, una fragata F-100, un submarino y un avión de vigilancia marítima para participar en la coalición. Vamos confirmando que el espíritu de la Alianza de Civilizaciones, propuesta por Zapatero, pierde fuelle.
Érase una vez una España que había vendido armas por valor de 10,7 millones de euros a Libia. Érase una vez un país español que, durante el primer semestre de 2010, exportó a Libia equipamiento militar por valor de 6,8 millones de euros. Érase una vez un estado democrático que ahora luchaba contra sus propias armas.
El presidente libio Muamar el Gadafi lleva afincado en el poder más de 40 años. Ha disputado guerras contra cristianos, curdos y musulmanes. Ha violado los derechos humanos sistemáticamente. Ha sido honorado con las llaves de oro de la ciudad de Madrid y ha financiado no sé qué campaña electoral gala con sus petrodólares.
Érase una vez que el mundo tuvo que reaccionar ante la evidencia. Érase una vez que el objetivo del ataque no era sentar las bases de la democracia. Érase una vez que la necesidad occidental pasaba por legitimar a otro dictador.
Hombres con los que tenemos que tratar, que nos venderán petróleo, nos comprarán armas y mantendrán a raya a los islamistas terroristas. Hombres que son negocio para el otro lado del mundo, ¿qué hacía, si no, nuestro presidente de gira por Arabia Saudí, Qatar o Yemen? Quizá pedir dinero a cambio de silenciar sus revueltas.
Ya sabemos cómo acabará esta historia. Será de una vez, dentro de muy poco, cuando Occidente venda la causa libia a un nuevo dictador y corra un estúpido velo ante el nuevo régimen. Será de una vez, casi mañana mismo, cuando los libios sublevados se den cuenta de que la intervención occidental tiene propósitos ulteriores. Será de una vez, quizá hoy mismo, cuando el Consejo de Seguridad dé por exitosa la guerra y, colorín colorado, la guerra en Libia ha terminado.
Y así, podemos retomar la conocida fórmula de los cuentos de la infancia: érase una vez que nuestra hipocresía occidental aplastó heroicamente la libertad.
3 comentarios:
Tremendo artículo.
A ver si lo he entendido. Ponen un dictador, le venden armas. La población aumenta, se piden reformas y el dictador hace lo propio. A los rebeldes se les llama "rebeldes" en lugar de ciudadanos libios. El dictador compra mercenarios con el dinero que ha sacado de vender petróleo a los países que le vendieron las armas... Esos países ofrecen su ayuda a los "rebeldes" para poder seguir sacando petróleo, aunque lo mismo les interesa que el "conflicto bélico" entre Europa y Gadafi en territorio libio (con ciudadanos libios de por medio) se alargue...
Parece la fórmula perfecta para gastar municiones, si no fuera por las víctimas...
Y seguro que después pedirán la cuenta por los gastos, o favores, o pondrán a otro dictador... Érase una vez la historia de nunca acabar...
Europa digo yo... ainsss el Consejo de Seguridad de la ONU, con sus cinco miembros permanentes: Estados Unidos, la República Francesa, el Reino Unido, la República Popular China y la Federación Rusa. Y ninguno se moja...
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