El tercer sector de la comunicación

Existen dentro del espectro comunicacional tres partes que han de estar igualadas para albergar la, tan ansiada, pluralidad: comunicación pública, comercial y comunitaria. El orden que ocupa cada uno de esos espacios va en función del patrón con el que cortemos; los medios sociales se consideran a sí mismos terceros porque, cuando tres son multitud, uno debe asumir la alternativa a la mayoría de los otros dos tercios y es que, en nuestra cultura, lo tercero es lo diferente. Pues bien, aquí se juega con la diferencia.

En el encuentro estatal de medios comunitarios de Alicante se han ido desgranando todas las cuestiones acerca de la comunicación que hacen. Una forma de comunicar que ya el activista Manuel Tapial puso de manifiesto en la charla que tuvo con todos los participantes después de ver el cortometraje Flotilla de la Libertad.

Audio de los compañeros de Radio Malva

¿Es el activista social un periodista? Una discusión sobre los quehaceres periodísticos dentro del mundo comunitario. Lo cierto es que la mayoría de comunicadores que trabajan en estos medios no están formados académicamente, aunque sí experimentalmente. “Realizan un trabajo periodístico y son por tanto periodistas“, tal y como afirmaba el representante de la Federación de Sindicatos de Periodistas, Jairo Morga. Estos activistas de hecho comunican sus proyectos y actividades, y publican una información alternativa a la comercial, a través de radios y televisiones comunitarias. ¿Se pueden considerar profesionales? En este punto, me pregunto, ¿quién nos da profesionalidad, la carrera o el trabajo?¿Un estudiante es periodistas por estar en la facultad de ciencias de periodismo o debe ejercerlo?

Manuel Tapial en la conferencia inaugural

Y viceversa. El periodista es a veces tachado de activista y, asumiendo que los comunicadores sociales son profesionales, ¿cómo podrán actuar racionalmente ante situaciones pasionales? De ahí que la autocrítica personal y global ha de ser una práctica habitual en este mundo. No obstante, lo que realmente le hace activista a un periodista solidario es su ejercicio de la comunicación para el desarrollo, no sólo con la intención de comunicar, de decir algo, sino de cambiar la realidad que cuenta. En cualquier caso, la capacidad de honestidad es la palabra que resume la profesionalidad de periodista.

Un engranaje más de la cadena se halla en la “educomunicación”. En numerosas ocasiones, nos encontramos en cursos, charlas y conferencias donde se habla sobre la enorme influencia de los medios de comunicación de masas. En estas actividades se suele explicar el rol que ha de jugar el periodista para enseñar, más allá de su información, la capacidad de pensar esas noticias, de discriminar lo superfluo, de construir una mirada crítica en la Opinión Pública. No obstante, los grupos empresariales en televisión, por ejemplo, venden a los anunciantes tiempo de cerebro vacío. Ese gran desequilibrio entre lo que quiere uno y le impone el otro, a fin de cuentas, una esclavización, no tiene razón de ser en el mundo comunitario. Y es que el voluntariado, a partir de connotar solidaridad y desinterés (y no remuneración), implica voluntad de hacer. Por eso, el tercer sector ha asumido el papel educativo que otros han perdido por el camino.

El mundo paralelo, paraoficial, ¿para qué? Para ir todos al mismo compás...